La doble excepcionalidad.
¿Mi hijo es autista podría tener una alta inteligencia? ¿Tiene dificultades para escribir o leer puede ser altamente inteligente?, ¿Tiene un diagnóstico de déficit atencional, es posible que sea de altas capacidades? A diario escucho estas interrogantes.
Si, desde la década de los ochenta surge este nuevo concepto en el ámbito educativo, niños, niñas y jóvenes que presentan doble excepcionalidad. Niños de altas capacidades que pueden pasar desapercibidos, por sus dificultades en otras áreas, es complejo detectarlos y viceversa, por sus altas capacidades puede ser más difícil detectar sus dificultades.
Según la definición de Sally Reis, “Los individuos con doble excepcionalidad evidencian tanto una capacidad excepcional a nivel de competencia, compromiso y creatividad. Así como algún grado de capacidad reducida o diagnostico añadido, una combinación que da de sí u conjunto único de circunstancias personales a nivel de fortalezas y debilidades”.
Hoy les quiero contar una historia de uno de nuestros jóvenes del programa que hoy se siente muy cómodo y orgulloso de su condición y ha podido avanzar en diferentes temáticas y logra el éxito escolar.
Desde muy pequeño su madre empezó a observar algunas conductas, ordenaba los legos por colores, no miraba las personas a la cara, se balanceaba, a los tres años lo refirieren a una profesional y le indican que era que no sabía educarlo y la refieren a una escuela para padres.
A los seis años a su hijo le diagnostican autismo, por insistencia de su madre, lo lleva a otra profesional, es valorado y efectivamente el diagnóstico es autismo.
De muy niño se sentía diferente, entra en una depresión. Le gustan las cosas que a los otros niños no, adoraba ver documentales, leer, curiosidad por la naturaleza, el espacio, los números, conocer como funcionaban las cosas, aprende a leer y escribir desde los cuatro años de manera autodidacta.
A los ocho años asiste a una olimpiada de matemáticas, un profesor de matemática lo observó y le indicó a su madre que observaba en él características de alto potencial. Y se inicia el estudio en la escuela.
Al niño al ser detectado como alto potencial, se sintió aliviado, se comprendió a él mismo, entendió porque era así, pensó en sacarle el mejor provecho a su condición.
Él siempre comenta, “simplemente soy diferente y tengo mis capacidades. Ser diferente no es malo”.
Su madre comenta “la mayor dificultad de él es la motora fina, pero encontramos muchas fortalezas, por ejemplo, su nivel de comprensión de lectura y memoria es impresionante”.
Hoy en día Byron es un niño que se conoce a sí mismo y logra comprenderse, con sus fortalezas y sus habilidades por fortalecer, y se esfuerza cada día por sacarle provecho a su condición, de ahí la importancia de la detección temprana y oportuna de esta condición.
De acuerdo con Roberto Ranz, “el desarrollo del talento en los niños con doble excepcionalidad requiere una intervención y un apoyo muy especializado, en el que tanto la familia como las escuelas y los profesionales que los atienden, trabajen en colaboración”.
De ahí la importancia de un trabajo en conjunto de la familia y centro educativo, con contextos enriquecidos y adaptados a nivel educativo que desarrollen sus intereses capacidades y talentos al igual que atienda sus necesidades educativas. Así como el apoyo profesional en su bienestar emocional.
Por. Licda. Azucena López González.
Mentora y psicóloga de altas capacidades
Edunámica